Una infidelidad puede hacernos suponer que la relación quede herida de muerte. Pero lo cierto es que una infidelidad no tiene por qué suponer el fin de la pareja. 

 La experiencia nos dice que casi siempre optamos por el perdón de la infidelidad aunque estemos llenos de ira y rechazo hacia la pareja. Esto ocurre en el 75% de los casos que atendemos en la Consulta.

¿De qué depende perdonar? Hay varios factores que influyen:

1.    Atribución que hacemos a la conducta del que ha sido infiel: ¿Ha sido una conducta impulsiva ante una tentación? ¿Piensas que lo ha hecho porque  no le importas lo suficiente? Según nuestra hipótesis sobre los motivos será más fácil o difícil perdonar. 

2.    El estigma percibido: ¿Se ha hecho pública la traición en nuestro círculo social? Es una dificultad añadida que los demás lo sepan.

3.    ¿Cómo queda de afectada la autoestima dela persona que se siente engañada? Algunas personas llegan a sentirse carentes de atractivo y eso explicaría la conducta de la persona que ha traicionado la confianza.

4.    ¿Lo hemos pillado haciéndolo? Resulta  complicado desbloquear esas imágenes grabadas en nuestra memoria. Hay que hacer un trabajo terapéutico intenso para recuperar la relación de pareja.

¿Conviene acudir a terapia de pareja?

Si queremos seguir con la relación, en muchas ocasiones se hace necesario acudir a terapia de pareja.

Suele ayudar a buscar la mejor manera de curar las heridas de la relación.

La terapia beneficia a los dos miembros de la pareja:

La persona que ha sido engañada tendrá que trabajar para recuperar su autoestima y acompañar el dolor y la ira de sentirse traicionada.

La persona que ha sido infiel, tendrá que trabajar sus valores y sus impulsos. Hay que ayudarle a tomar conciencia de lo que ha supuesto esa conducta para su cónyuge.

Muchas parejas si hacen bien las tareas de la psicoterapia,reconocen tener después del tratamiento una relación más sólida que antes de la crisis provocada por la infidelidad.